La muerte de Huayna Cápac
Una serie de estudios permiten afirmar que lo más posible es que Huayna Cápac haya muerto envenenado por su curandero de confianza.
Una serie de estudios permiten afirmar que lo más posible es que Huayna Cápac haya muerto envenenado por su curandero de confianza.
Al revisar detalladamente la historia del Perú, resalta un hecho que llama la atención; nos referimos al pasaje que nos relata que Huáscar no estaba destinado a ser un Inca, sino su hermano, y no estamos hablando precisamente de Atahualpa. Este es un episodio determinante en la historia del Perú porque narra una serie de acontecimientos que llevaron a que Huáscar tome el control del imperio incaico.
Como se sabe, Huayna Cápac fue hijo de Túpac Yupanqui, uno de los más grandes conquistadores que tuvo el imperio, pues a él se le atribuye la gran expansión que tuvo el Tahuantinsuyo a través de batallas, guerras y conquistas. Una vez fallecido, es su heredero Huayna Cápac quien asume el mando en 1493; cuando esto ocurre, ya habían ocurrido dos hechos relevantes: Cristóbal Colón ya había llegado a América en 1492 y ya habían nacido los dos hijos de Huayna Cápac, Ninan Cuyuchi y Huáscar que eran dos niños pequeños cuando su padre fue nombrado Inca.
Huayna Cápac fue un Inca cuyo resinado se destacó por consolidar los territorios conquistado por su padre y sofocar las revueltas de provincias rebeldes. Sus campañas militares se centraron básicamente en afianzar la conquista de la región del Chinchaysuyo, la región norte del imperio, debido a que los habitantes de esta zona resultaron ser bastante beligerantes y rebeldes, destacando por su agresividad, los Chachapoyas, quienes se resistían a ser conquistados por los Incas, siendo Huayna Cápac quien logra someter a este pueblo colocando como curaca a uno de sus hombres de confianza que, a la vez, era curandero. Este curaca fue Chuquimis, un hombre que se ganó la confianza del Inca por haberle salvado la vida de una enfermedad, gracias a sus conocimientos medicinales.
En 1515, los españoles ya estaban ocupando las costas de Ecuador, Colombia y Venezuela, en aquellos momentos, Huayna Cápac andaba por el lado sur del imperio cuando se enteró de una revuelta acaecida en Quito. Es cuando el monarca se dirige al lugar de los hechos acompañado de su ejército y dos de sus hijos: Ninan Cuyuchi y Atahualpa, quedándose Huáscar en el Cusco. Ya en Quito, Huayna Cápac obtiene una victoria sobre los rebeldes no sin sufrir daños en su estado físico y de salud, razón por la que se queda una temporada en Quito y aprovecha para reorganizar la zona y levantar algunos templos.
En 1522, ya los españoles estaban explorando el norte del imperio incaico y el océano Pacífico, Huayna Cápac recibe noticias de los forasteros, pero aún no establecía contacto con ellos. Es en 1527 cuando el Inca cae enfermo y muere sin enterarse de quiénes eran aquellos visitantes y sin dejar tampoco indicios claros sobre quién sería su sucesor en el gobierno que, por sucesión natural debió ser Ninan Cuyuchi, quien también había fallecido.
No queda claro exactamente de qué murieron Huayna Cápac y su heredero. Los cronistas no se han puesto de acuerdo en este punto. Hay quienes sostienen que ambos murieron de viruela, otros culpan al sarampión y una minoría se refiere a la gripe, fiebre o lepra.
En cuanto a los historiadores modernos podemos citar a Pablo Patrón, quien afirma que el Inca murió de Bartonelosis, Juan Bautista Lastre prefiere señalar a la viruela y el tifus, Lucio Castro culpa al paludismo, mientras que Julio C. Tello apuesta por la sífilis; por lo que concretamente no se sabe a ciencia cierta qué enfermedad fue la que lo mató.
Nuevos indicios
Si bien es cierto la mayoría de los cronistas señala a la viruela como la enfermedad que causó la muerte de Huayna Cápac, no hay indicios en las crónicas de la época de que esto haya sido así. En 1959, se descubrió un conjunto de manuscritos en Chuquibamba, distrito de la provincia de Chachapoyas en el departamento de Amazonas; estos manuscritos presentan una versión muy distinta de la historia. Son documentos de datan del siglo XVI, los cuales afirman que Huayna Cápac murió envenenado a causa de unas hierbas que le fueron otorgadas por el curandero Chuquimis, su hombre de confianza y curaca de Chachapoyas
Estos documentos relatan que Chuquimis recibe la noticia de que Huayna Cápac cae enfermo estando en Quito; el monarca le pide al curandero que vaya a verlo, pero por la distancia entre Chachapoyas y Quito, Chuquimis no accede al pedido y, por el contrario, le envía un brebaje de hierbas que una vez al ser consumido le provoca la muerte al Inca. Los súbditos del monarca acusan a Chuquimis de haber envenenado a Huayna Cápac. Un séquito marcha hacia Chachapoyas con la intención de apresar al curandero, pero lo hallan muerto, por lo que se cree que Chuquimis se suicidó al enterarse de que lo iban a matar.
Esta versión de los manuscritos es la más creíble acerca de la muerte del inca Huayna Cápac debido a que, según los cronistas, las marcas en el rostro del monarca no se presentaban ya en su momia, lo cual descarta a la viruela que deja marcas perennes en el rostro. Sin embargo, las marcas pasajeras que presentaba el Inca en su rostro sí pueden ser causadas por el consumo de brugmansia, una planta altamente tóxica que puede encontrarse en Chachapoyas, lugar donde se han reportado una serie de envenenamientos a causa de esta planta, por lo que se piensa que Chuquimis haya utilizado esta planta para curar al Inca.