Somos Grau, seámoslo siempre

En 1872, las palabras del Gran Almirante sellaron el fracaso del golpe de Estado perpetrado por los hermanos Gutiérrez.

No reconozco otro caudillo que la Constitución

El título pertenece a una campaña de valores promovida en su momento por la Marina de Guerra del Perú que tenía como finalidad difundir en nuestra sociedad, los valores inspirados en la figura del Gran Almirante del Perú, don Miguel Grau Seminario, el Caballero de los Mares.

No han sido pocos los peruanos que, ante el fallido golpe de Estado que intentó cristalizar el ahora expresidente Pedro Castillo, trasladaron su memoria a las páginas de la historia del Perú escritas allá por el año 1872.

Gobernaba por aquel entonces el coronel José Balta, el último presidente militar de una larga lista que se inició el 28 de julio de 1821. Las elecciones de 1872 tuvieron como novedad la popularidad del candidato del Partido Civil, Manuel Pardo.

Esta situación no era bien vista por una parte de la clase militar que se resistía a abandonar un poder que había conservado durante más de 50 años y que consideraba al poder civil como incapaz de llevar los destinos de una nación.

Dentro de este grupo se hallaba el coronel Tomás Gutiérrez, ministro de Guerra del propio Balta quien se rebeló ante el triunfo final de Manuel Pardo y, secundado por sus hermanos, también militares, no tuvo mejor idea que secuestrar al presidente en funciones José Balta.

Gutiérrez exigió el respaldo de las Fuerzas Armadas a través de un mensaje al comandante general de la Marina, capitán de navío Diego de la Haza. La respuesta de todos los comandantes de los buques de la Armada fue contundente: no estaban dispuestos a brindar respaldo alguno a los rebeldes.

Destaca la carta firmada por Miguel Grau Seminario, comandante del monitor Huáscar de donde se extrae la cita:

“No reconozco otro caudillo que la Constitución, enarbolando el estandarte de la ley”.

Con esta frase, Miguel Grau ratifica su vocación democrática. Ejemplo que, en esta ocasión, 150 años después de aquel fallido golpe de Estado, fue puesto en relevancia por las Fuerzas Armadas al negarse a secundar un atropello tan mayúsculo como el de los Gutiérrez.

Somos Grau, seámoslo siempre.