Aníbal Torres: Historia de un adiós
Los eventos que rodearon la despedida de uno de los funcionarios más conflictivos de los últimos años.
Los eventos que rodearon la despedida de uno de los funcionarios más conflictivos de los últimos años.
La historia del adiós del expremier Aníbal Torres se inicia la mañana del 17 de noviembre cuando, envalentonado por las portátiles a las que Perú Libre compra a cambio de un plato de aguadito, como se vio en la frustrada marcha denominada “La toma de Lima”, acude al Congreso de la República con la intención de plantear una cuestión de confianza sobre un proyecto del Ejecutivo que propone derogar la Ley Nº 31399, que dio el Congreso para regular el uso del referéndum para cambios a la Constitución.
Como se recuerda, esta ley limita las intenciones del Gobierno de convocar a un referéndum popular para implantar una Asamblea Constituyente que a su vez les permita confeccionar una nueva Constitución que les facilite la vía para perpetuarse en el poder, siguiendo la ruta de Hugo Chávez en Venezuela y Evo Morales en Bolivia.
Una semana después, el 24 de noviembre, la Mesa Directiva del Congreso rechazó esta cuestión de confianza por considerarla ilegal e inconstitucional. A ello se sumó la decisión del Tribunal Constitucional que declaró infundada la acción de inconstitucionalidad que presentó el Ejecutivo contra la Ley N°31399.
Aníbal Torres había fracasado en sus intenciones por partida doble y no le quedaba otra opción más que la renuncia, la que se hizo pública esa misma tarde, poniendo fin a un premierato salpicado por la confrontación y el discurso racista y clasista que Torres llevaba a cada rincón del país cada vez que tenía la oportunidad.
La noche del mismo 24 de noviembre, cerca de la medianoche, el presidente Pedro Castillo emite un mensaje a la Nación en la que acepta la renuncia de su premier y anuncia la conformación de un nuevo Gabinete Ministerial. El mandatario, además, dio a entender que el rechazo de la Mesa Directiva a su proyecto de ley lo interpretaba como una primera negación de confianza.
El jueves 25, el presidente del Congreso, José Willians salió a responder al mandatario con un mensaje bastante enfático donde aclaraba que el Ejecutivo de ninguna manera podía interpretar las decisiones del Congreso de la República, pues al hacerlo estaría incurriendo en una grave infracción constitucional. Dejó en claro, además, que el Congreso tomará todas las medidas necesarias para salvaguardar el Estado de Derecho.
La esperanza de que Pedro Castillo conformara, ahora sí, un gabinete conciliador que permitiera llevar la fiesta en paz, se diluyó cuando ese mismo día 25 juramentó como nueva presidenta el Consejo de Ministros la cuestionada Betssy Chávez, censurada del Ministerio de Trabajo y actualmente envuelta en un caso de trafico de influencias por haber otorgado trabajo en el Estado a familiares de su pareja sentimental Abel Sotelo.
Hace poco, Betssy Chávez levantó polvareda cuando lanzó improperios contra la prensa a la que calificó de “mercenaria” y contra la fiscal de la Nación a la que llamó “Blanca Nélida Colán 2.0”.
Esa es la nueva premier de Pedro Castillo.