Como en tantos pasajes de su historia, el Perú tuvo, al menos momentáneamente, dos gobernantes, uno apoyado por la fuerza de las armas y otra nombrada por un parlamento disuelto. Una situación que no resulta tan desconocida para el país.
La lucha iniciada entre el poder ejecutivo y el legislativo, meses atrás, parece no tener fin y la incertidumbre sigue envolviendo el escenario político del país.