La muralla de Lima
La idea de construir una muralla que rodeara la ciudad de Lima, estaba en la mente de los conquistadores desde 1537 y se materializó
La idea de construir una muralla que rodeara la ciudad de Lima, estaba en la mente de los conquistadores desde 1537 y se materializó
Las murallas de Lima fueron una fortificación que estaba conformada principalmente por muros y bastiones que tenían como objetivo defender la ciudad de Lima de posibles ataques del exterior. Fueron construidas entre los años 1684 y 1687, durante el gobierno del virrey Melchor de Navarra y Rocafull (Duque de la Palata).
Se calcula que su costo osciló los 700.000 pesos y estuvo ubicada en el trazo de las actuales avenidas Alfonso Ugarte, Paseo Colón, Grau, jirón Rivera y Dávalos y la margen izquierda del río Rímac.
Durante la primera gestión del alcalde Luis Castañeda Lossio, se recuperó un tramo de los restos de la margen izquierda del río Rímac, el cual es visible en la actualidad formando parte del complejo turístico conocido como “Parque de la Muralla”.
Historia
La idea de construir una muralla que rodeara la ciudad, estaba en la mente de los conquistadores desde 1537, cuando Francisco Pizarro envía una carta al rey para comunicarle tal propósito.
Ya en 1618, Fray Diego Álvarez de Paz, provincial de los franciscanos, informó al cabildo de la existencia de navíos holandeses rondando las costas desde Chile hasta Guayaquil. El fraile jesuita aseguró que los holandeses habían ofrecido a los indígenas liberarlos de la opresión española.
Los temores del religioso se confirmaron años después cuando una escuadra holandesa atacó la ciudad, pero fue repelida y derrotada. Este hecho, aún permanecía en la mente de las autoridades que, cincuenta años después, decidieron hacer realidad un viejo anhelo.
Fue el virrey Melchor de Navarra y Rocafull quien ordenó levantar la muralla que protegería la ciudad de sus enemigos, teniendo en cuenta que por aquellos tiempos asolaba la zona el corsario Edward Davis y Lima era la ciudad más importante de América por cuanto atesoraba grandes riquezas.
La responsabilidad de la construcción recayó en manos de Luis Venegas, corregidor de Saña, del sabio presbítero Ramón Koning y el alarife Manuel Escobar.
En cuanto a su arquitectura, la muralla presenta un estilo netamente europeo, cuando se terminó de construir en 1687, tenía una longitud de 11.700 metros. Poseía 10 portales de ingreso y salida:
- Monserrate
- Callao
- San Jacinto
- Juan Simón
- Guadalupe
- Santa Catalina
- Cocharcas
- Barbones
- Maravillas
- Martinete
La muralla fue demolida en 1868 durante el gobierno de José Balta como parte de un plan de expansión de la ciudad. Nunca sirvió a los planes para los que fue construida; como diría luego el historiador Raúl Porras Barrenechea:
Murió virgen de pólvora.
En cuanto al trozo de muro que se halla en la margen del río Rímac, los historiadores y arqueólogos todavía discuten si perteneció a la muralla original o es de una construcción posterior, puesto que se conoce que, en 1807, se reconstruyó parte de la muralla y fue entonces que recién se cercó esa parte del río, pero no como parte integral de la muralla en sí, sino como un tajamar que servía para proteger a la ciudad de las crecidas del río Rímac.
El Parque de La Muralla
Parte de esa fortificación, que protegía a la ciudad de las aguas del río, ha sido recuperada en la zona posterior de la iglesia de San Francisco, cerca a Palacio de Gobierno, alrededor de la cual se ha levantado un espacio de esparcimiento público que ha recibido el nombre de “Parque de la Muralla”, donde pueden observarse justamente, estos restos.
En este parque puede encontrarse un restaurante, una tienda de artesanías de distintas zonas del país, la estatua del conquistador Francisco Pizarro, que por muchos años reposó al costado de Palacio de Gobierno y un museo de sitio que exhibe las piezas arqueológicas halladas en la zona.