La masacre de Uchuraccay
Hay heridas en la sociedad peruana que no cerrarán a pesar del tiempo transcurrido, una de ellas se llama Uchuraccay.
Hay heridas en la sociedad peruana que no cerrarán a pesar del tiempo transcurrido, una de ellas se llama Uchuraccay.
El departamento de Ayacucho se divide en 11 provincias, una de ellas es Huanta, donde está ubicado el poblado de Uchuraccay. Este lugar era una zona estratégica para el grupo terrorista Sendero Luminoso porque tenía cercanía con el nevado Razuhuillca, cuyas inhóspitas faldas sirvieron como refugio y base de operaciones militares de la organización terrorista.
Antecedentes
La historia comienza a mediados de 1981 con la llegada a Uchuraccay de un grupo de forasteros liderados por un individuo que se hacía llamar Martín, quienes buscaban intercambiar sus productos por chuños y ocas. Estos visitantes llegaban constantemente a la comunidad con el fin de entablar negocios con los pobladores.
Tiempo después, martín logró entablar amistad y compadrazgo con varias familias a quienes les comenzó a hablar del comunismo y la necesidad de alzarse en armas contra el Estado, tratando de convencer a los comuneros de que se unieran a su llamada “guerra popular”, pero no todos se dejaron influenciar fácilmente, pues algunas personas comenzaron a sospechar de la hostilidad de los forasteros e hicieron recapacitar a familiares y amigos que se habían visto convencidos por las palabras de Martín, entrando en conflicto con los intereses de los senderistas.
Los terroristas de Sendero Luminoso, al verse descubiertos, asesinaron al presidente de la comunidad en la plaza del pueblo, lo hicieron de manera pública con un disparo en la cabeza y amenazaron manifestando que quienes se opusieran o no apoyaran las acciones del Partido Comunista correrían la misma suerte. Pero los uchuraccainos no se amilanaron y se organizaron en secreto para eliminar de manera selectiva a cada uno de los militantes de Sendero Luminoso. En su intención, recibieron el apoyo de otras comunidades, logrando ejecutar a cinco terroristas en Uchuraccay, cuatro en Huaychao y tres en la comunidad de Marcabamba.
Luego de estas muertes, la población se organizó temiendo represalias porque sabían que Sendero Luminoso buscaría venganza, más aún teniendo en cuenta que las muertes de los terroristas habían hecho noticia en los principales medios del país.
El enemigo por tierra
El entonces presidente del Perú, Fernando Belaúnde, saludó la valentía y coraje de los pueblos y los calificó de ejemplo de patriotismo, enviando protección policial y militar a la zona; llegando a Uchuraccay en helicóptero, 15 efectivos de los sinchis, unidad de paracaidistas de la Policía Nacional del Perú, especializada en la lucha antisubversiva, quienes encomendaron a los habitantes que continuaran con ese tipo de respuestas, consignándoles que aniquilen a todo extraño que llegara a la zona por vía terrestre, pues las fuerzas del orden siempre llegarían en helicóptero y solo los enemigos lo harían a pie. Pero lo cierto es que no solo los enemigos llegarían a pie.
Los forasteros buenos
Un grupo de ocho periodistas de medios limeños y ayacuchanos, motivados por su incredulidad ante las informaciones oficiales, se aventuraron a ir a Uchuraccay con la finalidad de descubrir la verdad tras los enfrentamientos. Los hombres de prensa se reunieron primero en la ciudad de Ayacucho y luego partieron hacia las punas de Uchuraccay en la mañana del 26 de enero de 1983. Contrataron un vehículo que los condujo durante dos horas hasta un punto desde donde tendrían que continuar a pie debido al difícil acceso.
Octavio Infante era un periodista que trabajaba para un medio ayacuchano, quien sostuvo que tenía familiares en una localidad en la que harían una breve escala. Efectivamente, al llegar a la zona en mención, los periodistas fueron atendidos por la familia de Infante, quien le pidió a su medio hermano, Juan Argumedo, que los acompañara como guía durante el resto del viaje, pero su madre se opuso a ello debido a que conocía la historia de las masacres. Aun así, Juan decidió acompañar a su hermano.
La masacre
A las 11:30 de la mañana los periodistas retomaron el viaje guiados por Juan y llegaron a Uchuraccay a las cuatro de la tarde. Juan retornó a su casa, dejando al grupo en la zona de ingreso al pueblo. De pronto se oyeron gritos de alarma que anunciaban que los terroristas estaban haciendo su ingreso al pueblo. Los periodistas fueron acorralados de inmediato por un grupo de aproximadamente cuarenta enardecidos pobladores. Otro grupo salió tras el guía Juan Argumedo. Los periodistas fueron interrogados, pero nada de lo que dijeron resultó convincente a los oídos de los uchuraccainos, menos a los del secretario de la comunidad, quien ordenó el linchamiento. La cruel masacre se llevó a cabo utilizando objetos como piedras, palos, hachas, puntapiés y pisotones. En menos de media hora no quedó ningún periodista con vida y antes del anochecer capturaron a Juan Argumedo a 5 km de Uchuraccay, quien también fue salvajemente ejecutado.
Durante los meses siguientes, Sendero Luminoso hizo varias incursiones armadas en Uchuraccay dando muerte a decenas de sus pobladores. A parte de los ocho periodistas y el guía, murieron también en el transcurso de los años 1983 y 1984 nada menos que 135 comuneros. A mediados de 1984, esta crítica situación hizo que los pocos pobladores que sobrevivieron abandonaran sus tierras para siempre.