Durante un pasado, ya algo alejado, en la ciudad de Lima, las soluciones que eran planteadas y ejecutadas para luchar contra el congestionamiento del tráfico vehicular eran las más obvias y menos duraderas para el mediano y largo plazo; se recurría a ensanchar las avenidas, a expensas del espacio para las personas, dotándolas de un carril adicional para los automóviles sin considerar que el aumento de la cantidad de vehículos afectaba, incluso, a las calles laterales y que, a la postre, harían colapsar también al propio ensanchamiento realizado en las calzadas. Era un círculo vicioso.

La ciudad se venía convirtiendo en una ciudad para los vehículos antes que para las personas.

A la fecha y desde hace bastante tiempo, la situación viene cambiando de manera dramáticamente notoria ya que, debido a los altos niveles de contaminación, al sobrecosto en horas/hombre y al del propio combustible que implican el consumir el tiempo esperando detenido en un tráfico infernal, se han venido implementando medidas en pro del transporte ecológico y se ha optado por propiciar y promocionar la utilización masiva de bicicletas como medio de transporte, como evidencia tangible de este hecho tenemos la creación de ciclovías que viene proliferando en la ciudad y la cantidad de éstos vehículos que vienen siendo utilizados como medio de locomoción.

Existen muchos detractores a esta iniciativa, los mismos que, con argumentos poco claros denuestan del cambio que se pretende alcanzar, sin embargo la realidad de los hechos viene demostrando que los ciclistas vamos ganando el espacio del que carecíamos y que la ciudad está, de hecho, en un proceso de transformación.

Lima, capital del Perú, es una ciudad ideal para movilizarse en bicicleta, ya que es lo suficientemente plana y cuenta con un clima muy benigno. En esta ciudad no se registran ni las diluviales lluvias ni los excesos de calor y frío que pueden percibirse en otras latitudes, por esa razón es que te invitamos a ponerte el casco, a coger tu bicicleta y a venir a pedalear con nosotros.

¡Lima te espera!