Los padres del criollismo
Breve reseña sobre el dúo Montes y Manrique, pioneros en grabar música peruana en el extranjero.
Breve reseña sobre el dúo Montes y Manrique, pioneros en grabar música peruana en el extranjero.
"Así es mi Lima criolla / alegre y jaranera la tierra / tres veces coronada donde nació la marinera / que entre cajón y repique / en los valses de Lima de antaño / le dieron colorido / Montes y Manrique / padres del criollismo"
El párrafo anterior corresponde a la letra de la canción “Acuarela Criolla”, compuesta por Manuel Raygada Ballesteros a mediados de los años cuarenta. Este vals es muy popular entre los limeños en la actualidad, aunque casi ninguno de los que disfruta de este tema sepa muy bien a quiénes pertenecen los apellidos Montes y Manrique.
Montes y Manrique fue el nombre artístico del dúo musical compuesto por la voz de Eduardo Montes y la guitarra de César Manrique, famosos en su momento por interpretar no solo valses sino también una variedad de melodías como yaravíes y marineras.
Ambos nacieron en Barrios Altos, pero siendo niños, sus familias se mudaron al distrito del Rímac en donde radicaron definitivamente hasta el día de su muerte. Eduardo Montes nació el 28 de agosto de 1874 y César Manrique el 25 de setiembre de 1878.
Montes tuvo como maestro de canto a Alfredo Pastor, ambos solían reunirse para ensayar en la Alameda de los Descalzos y estos encuentros de trabajo solían atraer a los curiosos del lugar quienes detenían su andar para deleitarse con la melodiosa voz del joven Eduardo Montes.
Por su parte César Manrique encandilaba a sus oyentes con su maestría al tocar la guitarra. La primera vez que el cantante y el guitarrista se vieron fue en una reunión festiva típica de la época conocida como “jarana”, en donde abundaban los cantos, la bebida, la comida y el baile; todo acompañado, obviamente, por la guitarra y el cajón.
Desde entonces la voz de uno y la guitarra de otro se volvieron amigas inseparables. Tanto así que el 28 de agosto se embarcaron juntos en el vapor Urubamba hacia una aventura que los llevaría hasta New York en donde fueron contratados por la Casa Holting y Cía. para que grabaran discos con canciones populares peruanas para el sello Columbia Phonograph & Company. El dúo de músicos pisó tierra norteamericana el 20 de setiembre de 1911 y, una semana después, ya estaban grabando por un lapso de tres meses. En ese tiempo lograron grabar 182 canciones, consideradas en la actualidad como un legado de considerable valor cultural.
Lamentablemente muchas de esas grabaciones se han perdido y algunas están en poder de coleccionistas privados, admiradores de la música peruana.
Montes y Manrique fueron pioneros en grabar música peruana en el extranjero, de ahí el apelativo de “padres del criollismo”, sin embargo, no todo fue fácil en el camino de estos talentosos músicos peruanos, pues también fueron víctimas de la disquera que los catapultó a la fama, tal como revelaría César Manrique años después:
Firmamos un contrato leonino sin fijarnos bien en las cláusulas. Según el documento, estábamos obligados a la exclusividad por veinte años.
Montes y Manrique estuvieron unidos por el amor a la música peruana por muchos años más y sólo la muerte de Eduardo Montes acaecida en 1939 fue capaz de disolver a este dúo que se había ganado el cariño del pueblo. Luego de la muerte de su amigo, César Manrique perdió toda motivación para seguir tocando la guitarra y junto con la voz emblemática de este dúo, se apagó también la melodía armoniosa del instrumento que la acompañaba. Manrique partió a acompañar a su amigo en la eternidad un 26 de diciembre de 1966.
En el año 2011, vio la luz el disco “Montes y Manrique 1911 – 2011: Cien años de música peruana”, un álbum doble que recopila 30 de las 182 canciones que el popular dúo grabó en New York. Esta producción discográfica fue posible gracias al trabajo conjunto del Instituto Francés de Estudios Andinos y el Instituto de Etnomusicología de la Pontificia Universidad Católica del Perú. Existen quienes consideran a esta obra discográfica como la más importante por su alto valor histórico, porque antes de Montes y Manrique, la música peruana jamás había sido grabada en formato alguno.