El culto a la Virgen de las Mercedes es una de las devociones más antiguas en el Perú. Su historia se inicia en la Edad Media, cuando San Pedro Nolasco con apoyo del rey Jaime I de Aragón, funda el 10 de agosto de 1218 en Barcelona, la “Celestial, Real y Militar Orden de Nuestra Señora de la Merced”, para la redención de los cautivos en poder de los musulmanes.

Extensión del culto en América

Los Padres Mercedarios llegaron al Perú junto con los primeros conquistadores y con ellos la devoción a la Virgen de las Mercedes, la que se extendería por el vasto virreinato.

Fray Miguel de Orenes, quien fundara en 1535 el convento de Lima, trajo la primera imagen de la Virgen de la Merced que se veneró en la capital. El padre Luis Vera, en su “Memorial de la fundación y progreso de la Orden de Nuestra Señora de la Merced de la Provincia de Lima (1637), atestigua que esta imagen obró milagros entre los conquistadores y primeros pobladores de la ciudad.

La imagen reposaba en una primitiva ermita pequeña, hecha de materiales rústicos, la que fue sustituida posteriormente por un imponente templo levantado durante el gobierno del Marqués de Montesclaros (1608 – 1615), el que aún puede contemplarse en el Jirón de la Unión y que ha sobrevivido a la furia de los sismos a lo largo de la historia.

En tiempos recientes, la Santa Sede ha elevado el templo a la categoría de Basílica Menor. En su interior alberga grandes joyas del arte y de la piedad cristiana, entre las que destacan El Cristo de la Conquista, la imagen de la Virgen Dolorosa, los restos mortales del Venerable Padre Urraca y su famosa Cruz que congrega a cientos de fieles.

Primera imagen coronada en el Perú

La imagen de Nuestra Señora de la Merced, expuesta en el altar mayor de la Basílica, es muy antigua y de fina factura. Data del tiempo de la inauguración de la iglesia a comienzos del siglo XVII. Fue nombrada patrona de los campos de Lima por el Cabildo el 20 de setiembre de 1730, proclamada Patrona de las Armas de la República por el Congreso Nacional de 1823 y coronada canónicamente en 1921.

Pero el gran impulsor de esta devoción en el Perú fue Fray Antonio de Vidaurre, quien por largos años dirigió la Tercera Orden de la Merced y escribió en 1716 la célebre Novena deprecatoria a la Santísima Virgen de la Merced, que desde entonces tuvo amplia difusión en el país.

Historia contemporánea

Pero en el siglo XIX, la devoción hacia la santísima Virgen decayó en demasía, a ello contribuyeron la zozobra política y social del país, así como la desorganización de la iglesia en los años de la independencia y la falta de comunicación con la Santa Sede. A pesar de todo, durante el pontificado de Pio X, a inicios del siglo XX, se da un renacimiento del fervor religioso y, por decreto del papa Benedicto XV, el 24 de setiembre de 1921, el arzobispo de Lima, monseñor Emilio Lisson y Chávez, lleva a cabo en el atrio de la Catedral, la ceremonia de coronación canónica de la imagen de Nuestra Señora de la Merced.

Este mismo espíritu se expande hacia otras ciudades y en 1960 en Piura es coronada canónicamente la imagen de la Merced del puerto de Paita. En 1961, en el atrio de la Catedral del Cusco, se corona a la tradicional imagen de la Virgen de la Merced de la ciudad imperial.

En todo el país, las Fuerzas Armadas celebran anualmente la festividad de su santa patrona con la solemnidad correspondiente cada 24 de setiembre.