El verano está en todo su esplendor y por estas épocas, crece la demanda de bebidas heladas y refrescantes para combatir el calor agobiante del sol. En el Perú tenemos la suerte de contar con una variedad de bebidas apropiadas para la ocasión, pero hay una que siempre será especial por su color y sabor: la chicha morada.

La chicha morada es una de las tantas variedades de chicha que existen en el Perú, a diferencia de la de jora, se trata de un refresco no fermentado, aunque el investigador Sergio Zapata Acha en su libro “Diccionario de gastronomía peruana tradicional” sostiene que antiguamente la chicha morada se consumía ligeramente fermentada.

Sobre ella, Zapata escribe:

La chicha morada es una bebida refrescante elaborada a partir del maíz morado (variedad peruana culli o ckolli), con algunas frutas como piña o membrillo, junto con especias (clavo y canela), y que, una vez filtrada y antes de servir, se le agrega azúcar, frutas cortadas en pequeños trozos, jugo de limón y hielo.

Se sabe que los antiguos peruanos ya consumían la chicha morada, una bebida que no perdió popularidad una vez instalado el virreinato peruano, así lo consigna Aida Tam Fox en su libro “Vocabulario de la cocina limeña” donde sostiene, además, que los españoles tenían una manera peculiar de preparar la chicha.

Molían el maíz, la harina resultante era cernida y amasada con agua y sal.

Actualmente, la chicha morada es consumida en varios países del mundo, pero todos ellos reconocen su origen peruano. El maíz morado, insumo principal para su elaboración, se cultiva en la sierra del Perú, pero es en Lima y demás ciudades de la costa peruana donde goza de una arraigada popularidad y es la acompañante ideal de los diversos potajes de la gastronomía peruana.

Propiedades medicinales

Estudios al respecto han determinado algunos beneficios que el maíz morado otorga al ser humano:

Las antocianinas del pigmento del maíz morado actúan como antioxidantes en el colon.

El renombrado chef peruano Gastón Acurio preguntó en una ocasión:

Por qué no podemos soñar con que el maíz morado se convierta en chicha morada y que el mundo la consuma tanto como la Coca-Cola.