El capitán del ejército peruano Pantaleón Pantoja es elegido por sus superiores a fin de establecer un servicio especial de "visitadoras" (prostitutas) para satisfacer las necesidades sexuales de los soldados desplegados en diversos puestos de la selva peruana. A pesar de su inicial descontento al inicio de la asignación, sus habilidades de organización le permitieron en poco tiempo hacer que su "unidad" funcione sin problemas.
En lo personal las cosas se le complican al militar, puesto que su esposa no está conforme con sus horas de trabajo y lo secreto de sus actividades. La tentación llama también a su puerta al verse envuelto en una relación con una de las visitadoras.